viernes, 19 de noviembre de 2010

LA COMUNICACIÓN EN EDUCACIÓN. BREVES REFLEXIONES

El tema de la comunicación tiene un valor inestimable para la educación. Pocas veces conscientemente, los directivos de los centros educativos y profesores, nos  percatamos de aquello. De nada vale nuestro conocimiento si no sabemos expresarlo.


El lenguaje debe usarse para generar acción, quien no lo logra acumula tiempo perdido en el universo. La comunicación no debe limitarse a describir la realidad,  manifestar deseos o quejas. Cumple función estratégica cuando moviliza a las personas y es capaz de transformar realidades, estados anímicos y pensamientos.

Esto es esencial en la actividad mediadora que debe realizar el profesor bajo los nuevos enfoques de enseñanza-aprendizaje y es la finalidad última del acto educativo que busca la emancipación del educando como un ser libre, autónomo y responsable de sus actos.

El conocimiento de los cinco actos básicos de lenguaje exteriorizado (petición, ofrecimiento, promesa, afirmación y aserción), es trascendental para la generación de un clima favorable dentro de la institución educativa, mucho más cuando sabemos que la mayoría de los problemas que allí se generan se deben a fallas en la comunicación. Cuando logramos integrar estos actos nuestra comunicación se vuelve ética y eficaz y es mucho lo que se puede lograr con una comunidad educativa comprometida y empoderada con las metas institucionales.

La petición es importante pues siendo hermana de la acción se transforma en poder. A mi entender es resultado de la ley de la atracción. Uno atrae hacia sí lo que pide al universo (sufrimiento o placer). Para obtener lo que se quiere hay que crear un contexto psicológico favorable para que la petición aumente su poder. Esto implica reciprocidad, autoridad, confianza y compromiso.

Ofrecimiento implica entender que la comunicación es generar acción en común y compartir. Es demostrar que estamos dispuestos a hacer algo por alguien. Se fundamenta en la ley de reciprocidad: dar para recibir.

La promesa es básica en la comunicación. Esta aparece cuando ofrecimiento y petición se juntan por medio del ofrecimiento de una persona y la aceptación de la otra. Pero solo se puede ofrecer lo que se posee y es mucho mejor cuando ofrecemos sin esperar nada a cambio porque el amor que encierra esta acción se multiplica con dávidas inesperadas.

La afirmación por su parte, cuando es acompañada de autoridad es el factor más revolucionario en la transformación de realidades, pues es el poder de generar acción.

La aserción  tiene que ver con la manera en que percibimos  e interpretamos los hechos, para no terminar afectándonos nosotros mismos con la negatividad. La aserción puede ser verdadera o falsa dependiendo de la aceptación o no de las evidencias. En cambio la evaluación o explicación que sustituye al hecho es mucho más importante y es lo que queda en el recuerdo de las personas y por ello,  debemos comenzar evaluándonos nosotros mismos, para ver el nivel de autoestima que poseemos y valorar nuestra capacidad de poder influir en los demás.

La vida es como un eco: si no le gusta lo que recibe, preste atención a lo que emite.


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